La honestidad, pilar fundamental para una vida digital más sana y más segura.

Pues si. Si se esperaba algo eminentemente técnico, configuraciones, hacks y demás, hay bastante en la red. Es más (alerta de spoiler) pronto tendré un curso online con esto y mucho más. Por ahora a hablar de seres humanos en la red, tomando decisiones a diario, tratando de no meter la pata y de no dar ciberpapaya.

En algunas de mis conferencias, particularmente en instituciones educativas, y con una audiencia de estudiantes de 3°, 4° o 5° grado de primaria, un tema importante a tratar son los valores, y más aún en estas edades tempranas. Quienes conocen mi trabajo o mi mensaje, saben que más allá de hablar de tecnología – que obviamente es importante – es hablar de seres humanos tomando decisiones en la red, y es claro que los valores son una parte vital en la asertividad de estas decisiones.

Pues bien, me gusta hablar de la honestidad, de las mentiras, del engaño. Les preguntó a los niños y niñas si sus padres les dicen mentiras, si a veces no son honestos, y como todo niño a estas edades las respuestas llegan por montón – cosa diferente cuando son más grandes, hay que ser telépatas para escuchar algo – y todos hablan al tiempo. Pero me dejan bastante claro que no les gusta que sus padres mientan, que sean deshonestos, eso está mal.

Y luego pregunto ¿quiénes tienen TikTok? Un buen porcentaje levanta la mano, emocionados. ¿quiénes tienen Instagram? Otro porcentaje. ¿Facebook? Un poco menor, pero hay.

¿Qué edad tienes en Instagram? Algunos o la mayoría no entiende, porque a la mayoría las cuentas se las crearon los padres. En los grados superiores como Quinto alguien dice por ahí 20 años, otro 25. Y empiezan a mirarse entre todos. Algo no está bien.

Les explico. Para estar en estas redes se exige una edad mínima para poder registrarse, si no el sistema generalmente no deja. Pero es fácil saltarse esto para tener cuenta en la red social, solo se necesita mentir. Mas miradas de confusión. Mentir en la fecha de nacimiento, en pocas palabras ser deshonestos. Aquí ya la mini revolución de niños y niñas activistas pro honestidad de un comienzo se disolvió.

Es entonces interesante entender que hablar de ciberseguridad y convivencia online va más allá de solamente el conocimiento técnico. Y la mayoría de personas piensan que es así, por eso aquella lapidaria frase:  “La tecnología me atropella” Pues no. Quienes ya me conocen, por mis conferencias, libros, artículos y demás saben que mi mensaje es hacer entender a las personas que los valores, la responsabilidad, el sentido común, son parte integral en la toma de decisiones online, de ese clic que nos puede hacer meter la pata.

Y ¿por qué son importantes los valores, en este caso la honestidad, al hablar de seguridad y convivencia en la red? Son muchos los elementos que se podrían discutir y valdría la pena extenderme en futuros escritos, pero por ahora entender que esto hace parte del desarrollo personal, con impacto más significativo en los jóvenes. Podríamos hablar de que ayuda a fortalecer el carácter y tomar decisiones basadas en valores, que de una u otra manera puede ayudar a que sean personas más seguras, autoconfianza. También es claro que la honestidad fomenta relaciones de confianza y respeto. Ayuda en la empatía, la credibilidad y la autoestima.

Y un punto importante, a la par con lo anterior, es que los jóvenes están construyendo su identidad, están tratando de pertenecer a algo, y sabemos que las redes sociales tienen un inmenso poder en esto (influencers, reputación, etc.) Entonces, que esa construcción de identidad esté cimentada en valores como la honestidad es un buen comienzo para formar “seres humanos”, algo que hoy día no vemos en la red, ya que todos estos valores desaparecen al conectarnos. Seres humanos que parten por aceptarse como son, no necesitan de filtros para mostrarse como no son. Claro, que se preocupan por su imagen, pero como debe ser (¿te suena marca personal?, chévere hablarles a nuestros hijos de esto), no una construcción basada en engaños y mentiras.  Personas que irán creciendo y aportando desde la verdad, sin miedo al juicio, a la comparación, a la aprobación. Un adolescente, o mejor, una persona que tiene la honestidad como un valor fundamental de su ser, es un ser humano realista, saludable, que admite sus errores, que es confiable.

Como mencionaba anteriormente, es un tema muy interesante y como siempre, aportando elementos al bienestar de las personas en su vida digital, promoviendo la sana convivencia y la construcción de entornos digitales más seguros.

“La honestidad es el primer capítulo del libro de la sabiduría”

Thomas Jefferson

Bendecido 2025

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